VALLADOLID PRESENTA POR PRIMERA VEZ EN ESPAÑA LA EXPOSICIÓN “MIKE BRODIE. Trenes y libertad” CON FOTOGRAFÍAS DE ESTE PERSONAJE DE CULTO EN EE.UU, QUE ABANDONÓ LA FOTOGRAFÍA CUANDO LE LLEGÓ LA FAMA.

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VALLADOLID PRESENTA POR PRIMERA VEZ EN ESPAÑA LA EXPOSICIÓN “MIKE BRODIE. Trenes y libertad” CON FOTOGRAFÍAS DE ESTE PERSONAJE DE CULTO EN EE.UU, QUE ABANDONÓ LA FOTOGRAFÍA CUANDO LE LLEGÓ LA FAMA.

2016-03-15

La Sala Municipal de Exposiciones de San Benito presenta a partir del miércoles día 9 de marzo, la exposición MIKE BRODIE. Trenes y libertad, La obra de este fotógrafo de culto en estados Unidos se presenta en Valladolid por primera vez en España.

Fotógrafo de vocación —aunque él prefiera afirmar que solo se trata de un hobby—, Brodie ganó en 2008, con 23 años, el Premio Baum para Fotógrafos Emergentes de los EE UU y su obra forma parte de las colecciones permanentes de varios museos de la llamada primera división.

El fotógrafo vagabundo narró la vida nómada de los vagabundos juveniles estadounidenses que cruzan el país como polizones de trenes de carga. Se subió a un tren de carga a los 17 años y recorrió 50.000 kilómetros. Empezó por casualidad a los 17 años a realizar fotografías con una cámara Polaroid. Era inevitable para un adolescente publicarlas en las redes sociales. “Me convertí en famoso a través de internet. Cancelé mi perfil y dejé de hacer fotos

Mike Brodie nació en Arizona en 1985. Su padre -que había pasado más tiempo en la cárcel que en libertad- le dijo que se había casado con su madre solo porque estaba drogado y bebido. Su madre trabajaba duro como cuidadora de ancianos y señora de la limpieza, de repente se convierte en creyente y deja de beber. Hace que bauticen también a Mike. Su abuela conducía un camión y era alcóholica. Su abuelo amaba las carreras de coches, y abusaba de él desde pequeño.

Con 17 años, Brodie decide huir de todo esto, y comienza a “saltar” sobre los trenes para cruzar los Estados Unidos a lo largo y ancho. Deja una especie de familia y encuentra una especie de tribu. La tribu es especialmente fotogénica, el tiene un talento natural. Desde 2004 a 2006 dispara con su Polaroid y firma como “the Polaroid Kidd” (el chico Polaroid). Cuando la compañía interrumpe la fabricacion de peliculas, Brodie se compra una Nikon F3 por 150 dólares. Viaja 50.000 millas en los trenes y realiza 7.000 fotografías. Muchas de estas fotografías las regala a las personas que retrata, sobre todo las instantáneas, obras únicas, que son “donadas” en los trenes a sus amigos.

Dos espléndidos libros (impecables según muchos expertos) publicados por Twin Palms en 2012 y en 2014 le dan a conocer a críticos y coleccionistas. Libros áridos, imágenes sin título, pocas palabras escritas por el mismo autor, con un estilo sincopado que concluyen con una duda absoluta “no estoy seguro de querer que alguien lea todo esto”. Cuenta anécdotas de su vida, aquellos detalles que le han convertido en lo que es: “Encontré un trabajo, que consistía en llenar las bolsas de la compra para los clientes de una tienda. Gané un concurso de diseño en mi escuela, y una competición de bici BMX. No me gustaban las chicas hasta que conocí a Savannah. Ella era punk. Perdí mi virginidad. Después perdí mi trabajo, me echaron del instituto, dejé de creer en dios. Me arrestaron por pintar graffitis.”

Sus imágenes son perfectas en las tonalidades, encuadres, colores, contenidos, en el espíritu y en la forma. Todo es autenticidad. Sólo así podemos descubrir como viven estos outsider, estos amantes de la “plena libertad”, gracias al objetivo de su cámara que investiga desde dentro, con la complicidad de los que viven de forma extrema y sin barreras. Nan Goldin lo había hecho en los años ’80 y pudimos verlo en “Ballad of Sexual Dependency”. Muchos años han pasado desde entonces, pero su transgresión desvela la misma geografía humana. Historias al límite, vidas temerarias, existencias vagabundas, noches sin un cobijo. En nombre de la libertad se arriesga todo, desde la comida a la vida, hasta la libertad misma. El arte de conformarse con lo que se tiene necesita de una red de seguridad, aquella que sólo tus compañeros de calle pueden garantizarte, aquella que te salva en tu vida cotidiana. Mike Brodie fotografía a sus compañeros de viaje, con respeto, intimidad y con una gran capacidad de acoger el destino de todos. Criaturas increíblemente fotogénicas, con su look rebelde, con colores oxidados que se confunden con el hierro de los trenes, con sus heridas y conquistas, con la inconsciencia y la extravagancia que nos seducen por el encanto de la imprudencia.

La emotividad, que está muy controlada en las pocas palabras que Mike Brodie nos ha transmitido, encuentra sin embargo su mejor expresion en las fotografias de aquella experiencia que dìa tras dìa se cuenta y se desvela. Imágenes de una belleza desarmante que nos hacen respirar aquella libertad compleja y visionaria.

Una historia hecha de pequeñas cosas y de una atmósfera cargada de fatigas, riesgos conquistas e ilusiones.

La exposición permanecerá abierta hasta el 17 de Abril.

 

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