SE INAUGURA EN VALLADOLID LA EXPOSICIÓN “EL ETERNO FEMENINO. Retratos entre dos siglos”, CON OBRAS DE PICASSO, MARIA BLANCHARD, FRANCIS PICABIA, MARUJA MALLO, JULIO GONZÁLEZ, SOROLLA, MIRÓ, RAMÓN CASAS, MIQUEL BARCELÓ, FERNANDO BOTERO, EQUIPO CRÓNICA...

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SE INAUGURA EN VALLADOLID LA EXPOSICIÓN “EL ETERNO FEMENINO. Retratos entre dos siglos”, CON OBRAS DE PICASSO, MARIA BLANCHARD, FRANCIS PICABIA, MARUJA MALLO, JULIO GONZÁLEZ, SOROLLA, MIRÓ, RAMÓN CASAS, MIQUEL BARCELÓ, FERNANDO BOTERO, EQUIPO CRÓNICA...

2014-03-20

La Sala Municipal de Exposiciones del Museo de Pasión de Valladolid, presenta desde hoy jueves día 20 de marzo y hasta 4 mayo de 2014, la muestra " EL ETERNO FEMENINO. Retratos entre dos siglos " en la que puede encontrase grandes obras de artistas  como PABLO PICASSO, MARIA BLANCHARD, FRANCIS PICABIA, MARUJA MALLO, JULIO GONZÁLEZ, JOAQUÍN SOROLLA, JOAN MIRÓ, RAMÓN CASAS, MIQUEL BARCELÓ, FERNANDO BOTERO, EQUIPO CRÓNICA, JULIO ROMERO DE TORRES, o el vallisoletano ANSELMO MIGUEL NIETO.

La exposición EL ETERNO FEMENINO. Retratos entre dos siglos gira en torno a la figura femenina como inspiradora de creaciones artísticas que son reflejo de épocas, ideas y movimientos sociales e intelectuales, mostrando las visiones arquetípicas de los diversos papeles de las mujeres que han configurado el pensamiento de la historia más reciente del mundo.

La exposición se instrumenta en un recorrido desde finales del siglo XIX y a lo largo de todo el siglo XX, alrededor de las visiones de lo femenino que han sido principales a la hora de definir una época histórica y que han evolucionado en la medida que ha evolucionado la sociedad, planteando al espectador un juego de retorno a la obra expuesta, pues la transformación de la mujer también ha sido condicionante para la propia evolución de la sociedad contemporánea, tal como queda reflejado en el Arte.

Desde la representación del estereotipo de ángel del hogar, como esposa o madre, enfrentada al prototipo de mujer inmoral o seductora, el recorrido histórico de la muestra transita hacia otros modelos de mujer que simbolizan el advenimiento de una independencia social paralela al propio siglo XX, y que irrumpe en el arte con mujeres creadoras, intelectualmente activas y vanguardistas. A partir de la segunda mitad del siglo XX y con el auge de los medios de comunicación como parte primordial de una sociedad de consumo e inductora de valores e intenciones, se provoca una nueva reflexión sobre la representación de lo femenino y su utilización con fines diversos como la publicidad, culminando en la reflexión en torno al feminismo realizada hasta el último tercio del siglo XX, por la que, haciéndose más visibles las desigualdades de género, las artistas luchan por conquistar su nueva posición en la búsqueda de la libertad femenina.

 

En conjunto, EL ETERNO FEMENINO. Retratos entre dos siglos compone un apasionante recorrido por 100 años del mejor Arte Contemporáneo expresado en soportes diversos como pintura, escultura, fotografía, obra gráfica, instalación y dibujo, que además de la invitación de contenidos para público adulto permite aglutinar actividades complementarias para diversos públicos que potencian la transmisión del conocimiento artístico y cultural.

La representación de la mujer en el arte es un fiel reflejo de cómo la sociedad la considera en cada momento y  del papel representa dentro de esta, poniendo de relieve unos u otros aspectos en función de los valores de cada época. Esto no quiere decir que la visión sea única, sino que en todos los momentos han existido diferentes visiones, aunque siempre haya una dominante. Desde la glorificación de la figura femenina hasta el reciente debate surgido en el seno del feminismo, hay una extensa panoplia de imágenes y referentes que, de alguna manera, fijan en el tiempo la complejidad del alma humana, el devenir de las modas, el tránsito del miedo a la insolencia, el reto de la mirada del hombre hacia la mujer y un sinfín de significados explorados.

 

EL ETERNO FEMENINO. Retratos entre dos siglos, muestra un camino temporal del arte parejo al recorrido complejo que las mujeres han tenido que hacer entre los siglos XIX y XXI. El discurso contempla las conquistas sociales, cómo se han ido rompiendo barreras a pesar de la oposición de la sociedad tradicional, y cómo estos hechos han llevado a la aparición de nuevas formas de representación hasta, llegar a un final de trayecto que permite mirar desde la otra orilla, cuando los ojos femeninos escrutan el mundo y reflexionan sobre una visión propia

 

 

APARTADOS DE LA EXPOSICIÓN

 

Ángel o mujer fatal

El estereotipo de ángel del hogar, esposa, madre domina la representación de la mujer en la transición al pasado siglo XX; reservada al ámbito de lo privado,  se cuida de la armonía familiar, la casa, el esposo y de los hijos. Cualquier tentativa de salirse de este papel asignado, merecía la crítica no solo masculina, sino también femenina. Abundan los retratos de damas, elegantes y distinguidas, que aparecen ataviadas con lujosas  ropas, terciopelos, sedas o pieles y adornadas con valiosas joyas. Mujeres refinadas, que con su elegante apariencia exhiben su elevada posición social y refuerzan con su presencia el prestigio del marido. 

Frente a este modelo de mujer, aristocrática y respetable, aparece la “femme fatale”, la  descarriada, la perdida, la prostituta, la mujer inmoral que atrae al hombre y despierta su deseo para llevarlo a la perdición. Se la representa como deseable, atractiva, y seductora; una mujer  misteriosa e inquietante, que emana sexualidad. “La mujer fatal es la que se ve una vez y se recuerda siempre.  Esas mujeres son desastres de los cuales quedan siempre vestigios en el cuerpo y en el alma. Hay hombres que se matan  por ellas; otros que se extravían... “ con palabras de Ramón Mª del Valle Inclán allá hacia 1900.

 

Musas y creadoras

 Si bien el modelo dominante en la representación femenina de la primera mitad del siglo XX es la esposa- madre abnegada, alrededor de los años 20, surge en las ciudades un nuevo tipo de mujer,  moderna y activa, y que dentro de unos límites marcados, lucha por una nueva posición. Con la llegada del sufragio femenino y el mayor acceso a la educación, aparece una élite de mujeres que participan en los debates del momento, intelectualmente activas, autónomas y creadoras.

 Junto a la presencia de estas “nuevas Evas” y la apariencia de paridad, la realidad muestra que la gestión de las importantes escuelas de arte, los críticos destacados o los jurados de los concursos están en manos masculinas. También es llamativa la pervivencia representación femenina, como un tema tradicional, en las vanguardias artísticas.

 

Del informalismo a los mass media

En los años sesenta –en el panorama internacional y en el ambiente del feminismo– se plantean cuestiones acerca de la mujer y su representación. Teóricas y artistas explicitan su crítica a las políticas de género.

Por otro lado, el Pop traslada al arte la banalización de la mujer en la sociedad de consumo y los medios de masas, aunque en algunos casos la visión no esté exenta de ironía y reflexión sobre ciertos estereotipos femeninos.

Son momentos en los que conviven distintos estilos artísticos, hay un gran eclecticismo, en el que la vuelta a «la pintura» favorece la figuración.

 

La reivindicación del cuerpo

A medida que nos acercamos al final de siglo, el feminismo va haciendo más visibles las desigualdades de género, su reflejo en las actitudes sociales y como consecuencia en el ámbito del arte. Se estudian y analizan las formas de representación de la mujer por parte del hombre.

Se cuestiona la escasa representación de las creadoras en museos y exposiciones, frente a la omnipresencia de la mujer como objeto de representación. Se realizan estudios que investigan la silente figura femenina a lo largo de la historia del arte, y se redescubre y recupera a artistas –mujeres– que pasan a ser iconos del feminismo. Las artistas luchan por conquistar su nueva posición partiendo del conocimiento y la reivindicación del propio cuerpo. Los ojos femeninos escrutan el mundo, se permite mirar desde la otra orilla.

 

La exposición permanecerá abierta hasta el 4 de mayo, y la entrada es libre

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