VALLADOLID PRESENTA EN EXCLUSIVA OBRAS DE TRES DE LAS MUJERES ARTISTAS MÁS SIGNIFICATIVAS DEL ARTE DE NUESTROS DIAS: LOUISE BOURGEOIS. KIKI SMITH Y NANCY SPERO.

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VALLADOLID PRESENTA EN EXCLUSIVA OBRAS DE TRES DE LAS MUJERES ARTISTAS MÁS SIGNIFICATIVAS DEL ARTE DE NUESTROS DIAS: LOUISE BOURGEOIS. KIKI SMITH Y NANCY SPERO.

2016-03-15

Hoy viernes día 4 de marzo se inaugura en la Sala Municipal de Exposiciones del Museo de Pasión de Valladolid, la exposición “LOUISE BOURGEOIS. KIKI SMITH. NANCY SPERO.”. Por primera vez se reúnen las obras de estas tres artistas convirtiéndolas en protagonistas de una exposición inédita. Se trata así de una muestra que otorga su propio espacio a cada una de estas mujeres cuyos trabajos se encuentran entre los más relevantes de la Historia del Arte de las últimas décadas.

La exposición ha sido producida exclusivamente para el Museo de la Pasión de Valladolid, por lo que el público solo podrá disfrutar de las obras de estas tres creadoras juntas en esta ocasión especial. Todas las obras pertenecen a los fondos de la Galerie Lelong de París, una de las galerías internacionales más reconocidas mundialmente y que generosamente ha aceptado participar en  este proyecto en el que se unen en exclusiva estas artistas. Así estaremos ante las creaciones de Louise Bourgeois (París, Francia, 1911- Nueva York, 2010); Kiki Smith (americana nacida en Nuremberg, Alemania, 1954) y Nancy Spero (Cleveland, Ohio, Estados Unidos, 1926- Nueva York, 2009). El denominador común que une a estas artistas es, sin duda, el significado de sus obras. Las tres son artistas comprometidas con su género y con los problemas propios de la sociedad. Además todas ellas se caracterizan por poseer un lenguaje propio, en el que la innovación es un pilar fundamental.

ARTE REALIZADO POR MUJERES

Si hacemos un brevísimo repaso del siglo pasado, veremos que durante la primera mitad las artistas estaban marginadas dentro de la esfera artística, y solo destacan aquellas que pueden enmarcarse dentro de alguno de los movimientos de las vanguardias. Por eso, se ven obligadas a crear un arte singular, propio, calificado por la crítica como arte femenino. Es un lenguaje único, casi marginal que busca la conquista de la autonomía y que plantea interrogantes sobre su identidad a través, en muchas ocasiones, de planteamientos irónicos.

Avanzando en  la centuria se empiezan a producir reacciones distintas por parte de las mujeres ante su posición en el arte. Algunas siguen ancladas en los temas tradicionales (flores, interiores, retratos) mientras que otras aparcan el periodo clásico para dar paso a performances, instalaciones y obras autobiográficas.

Pero no será hasta mediados de la década de los sesenta cuando los movimientos activistas de derechos civiles y las tendencias feministas influyan en las corrientes artísticas. A partir de entonces las artistas encuentran en las performances un potencial artístico e ideológico que analizan a través del discurso de su cuerpo. Así, el cuerpo de la mujer se convierte en si mismo en un medio artístico y el organismo de la artista se convierte en un nuevo medio plástico como si de una liberación se tratara. Es una época en la que las mujeres adquieren una nueva posición como elemento indispensable para la redefinición y la apertura de las nuevas categorías visuales y teóricas del arte. De hecho, Ann Sutherland Harris, en la introducción de la exposición que organizó junto a Linda Nochlin, en Los Ángeles en 1976 ya se pronunciaba así sobre las artistas presentes en la exhibición: “Poco a poco estas artistas deben ser integradas en su contexto artístico histórico. Durante demasiado tiempo han sido omitidas por completo o aisladas —incluso como en esta exposición— y comentadas solo como mujeres artistas, como si de alguna extraña manera no fueran en absoluto parte de su cultura. Esta exposición será un éxito si ayuda a terminar de una vez por todas con la necesidad de hacer exposiciones de este tipo”. 

Precisamente, en esos años, la artista Louise Bourgeois empieza a interesarse por el feminismo y sus obras son más explicitas sexualmente. Esta artista, nacida en París, se instaló en Nueva York en 1939 junto a su esposo, el historiador de arte americano Robert Goldwater. Para entonces había estudiado arte en la Escuela de Bellas Artes de París, en l´École du Louvre, en distintos estudios de artistas y varias academias de arte parisinas. Siguió con su formación en Nueva York en el Art Student League. Su producción artística  puede hoy en día considerarse como una de las más inquietantes de la segunda mitad del siglo XX. Aunque trabajó incansablemente, casi de una forma obsesiva, le costó décadas alcanzar un puesto en el mundo del arte considerándola durante años como una “anomalía histórica”. Hasta que el MoMA de Nueva York no le organizó su primera retrospectiva, a sus setenta y un años, muy poca gente conocía la contribución que Bourgeois estaba haciendo al arte del siglo XX. Unos años después, en 1985, Jean Frémon, uno de los fundadores de la Galerie Lelong, organizó su primera exposición en Europa y en 1989 tuvo lugar su primera retrospectiva europea organizada en el Kuntsverein de Fráncfort. Tras esas exposiciones, por fin se reconoció su importante labor y muestra de ello fue su participación en la Documenta IX en 1992 y en la Bienal de Venecia de 1993.

Pero esa previa exclusión le permitió desarrollar su arte libremente sin verse influida por las reglas del mercado. Bourgeois decía: “en la vida me veo como una víctima; pero en el arte, yo soy el asesino”. La artista nunca dejó de alimentar la idea de que su trabajo estaba definido por situaciones autobiográficas, de manera que la construcción de la memoria podría citarse como el principal motivo de su arte. Una de sus primeras series es la titulada “Femme Maison”, en ella representa figuras femeninas con una casa como parte de su cuerpo. Con ello, hace referencia al estatus social de la mujer y, principalmente, a su encierre doméstico. Según palabras de Frémon sobre estas obras de Bourgeois“ las imágenes fuertes resultan ambiguas y contradictorias. ¿La mujer está prisionera de la casa que la envuelve y lucha por salir? O al contrario, ¿se está refugiando en un remanso de paz y protección?”. El potencial de las obras de Bourgeois radica ciertamente en esas metáforas que utiliza y en el empleo de elementos autobiográficos. La unión exacta de estos factores y las distintas interpretaciones posibles llevan al espectador a proyectar en las creaciones de la francesa la construcción de su propia memoria.

La estadounidense Nancy Spero también concibe su arte como un medio de expresión a través del cual dar rienda suelta a sus pulsiones. Por eso, sus primeras obras de los años sesenta constituyen un elenco de reivindicaciones políticas. Además, es entonces cuando decide trabajar sobre papel en vez de sobre lienzo como una forma de rebelión contra las convicciones clásicas del mundo del arte que imponen en el uso de materiales y tamaños concretos. Ella misma lo explica así: “nunca pensé en mi trabajo en términos de ser radical, aunque traté de hacerlo radical es decir, cambiar la premisa de lo que sucede en los cuadros en una pared. Yo quería que mi trabajo dijera algo que no sea lo habitual- el formato normal de una obra debe ser un rectángulo, un cuadrado, o cualquier cosa plana, enmarcado, y apegado o enganchado en la pared.” En esos años, como creadora se siente fuera de lugar y se reconoce apartada de las esferas artísticas. Es entonces cuando ahonda en los trabajos del francés Antonin Artaud sobre los límites del lenguaje y los lleva a su obra “Codex Artaud” (1970-71).  El escritor tiene una producción que puede definirse como violenta e, incluso, cruel además exploró la mayoría de los géneros literarios, utilizándolos como caminos hacia un arte que él creía absoluto y "total". Spero, en sus profundas investigaciones, encuentra en este escritor francés el ejemplo perfecto que le permite desarrollar la idea clave para traspasar los límites impuestos por la realidad y en esas obras halla la iconografía que define sus creaciones plásticas: imágenes fragmentadas, lenguas, símbolos fálicos… Unas creaciones propias que le sirven para reforzar la expresión de la marginalidad del lenguaje de Artaud y por extensión, la marginación de la mujer.

Finalmente, en sus trabajos utiliza el cuerpo femenino como protagonista, como una parodia, una repetición continua. Profundiza así en la identidad de la mujer culturalmente, en sus fortalezas físicas y espirituales, así como en la opresión patriarcal sufrida y en su poder mítico e histórico. Spero está reconocida como pionera del arte feminista y ha servido de inspiración a varias generaciones posteriores. Pero ella misma declara sobre este tipo de arte que “ser una artista feminista no implica ser buena; y al revés, que no lo seas no quita valor a tu trabajo”. En las obras presentes en esta exposición podremos acercarnos a creaciones únicas con sus características siluetas recortadas y donde el collage y el papel invaden sus composiciones como en “Sky Goddess and Posing Figures” de 1982 o “Athena - Leda - Diana – Victoire “de 1996. En ambas obras, el tema principal es, precisamente, la mujer desde un punto de vista social y cultural.

 

Kiki Smith es la más joven de las artistas protagonistas de esta muestra. Casi le separa medio siglo de Louise Bourgeois pero les une una visión común del arte. Smith siempre ha experimentado con todos los materiales que ha tenido a su alcance, polifacética y buscadora incansable, sus obras son el fiel reflejo de esa personalidad única. En una ocasión afirmó: “Confío en mi trabajo. Es una colaboración con el material, y cuando se ve, es una colaboración con el mundo.” Esa cooperación queda patente en esta muestra donde vemos la gran capacidad creativa de Kiki Smith a través de obras como la escultura “Standing nude” de 2005 o  el relieve “ Teaching Snakes with Woman” de 2011 frente a sus potentes dibujos y sus impactantes fotografías. En ellas profundiza sobre la identidad de la mujer con el objetivo de terminar con la representación erótica tradicional construida desde la mirada del artista masculino. Estas múltiples disciplinas nos muestran la riqueza  de sus medios de expresión y de sus genuinas percepciones.

A través de sus obras llega a crear una nueva dimensión en que la naturaleza y el cuerpo humano se juntan en una comunión casi perfecta. Como, por ejemplo, en la imponente obra “Sin título” de 2009 donde una mujer desnuda nos mira fijamente con ramas de árboles en sus manos. Un claro simbolismo de regeneración, de la importancia de la mujer en la vida como parte protagonista del misterio de la creación.

Además, consigue acercarnos, en un  mundo donde la tecnología y la ciencia cada vez tienen más importancia, al papel individual de cada uno desde la reflexión y la poética. Está considerada también como una de las artistas feministas clave. Ciertamente porque el universo de Kiki Smith es claramente femenino. Sus representaciones de mujeres, su forma de trabajar a través de la delicadeza de los materiales, la fragilidad de sus personajes… Pero a veces, da una nueva perspectiva a su forma de expresión artística como en  los cuatros dibujos presentes en esta exposición “Teeth drawing” de 1983. En estos vemos manifiestamente a lo que se refiere Smith cuando dice: “creo que hacer cosas bellas es importante. Pero a menudo, lo que primero se considera feo es hermoso también”. Estamos ante unos dibujos que a primera vista nos presentan algo violento, bocas abiertas de una forma exagerada donde apreciamos dientes y lenguas con colores ensangrentados. Algo que tal vez, aparentemente ponga en alerta al espectador por la fuerza de esas imágenes, pero que al observarlos en conjunto, sin duda, poseen esa hermosura de la que habla Kiki Smith. La muerte de su hermana en 1987, por sida, supuso en la artista un revulsivo que le llevó a dotar a sus obras de una mayor vulnerabilidad y fragilidad. Explora asimismo la relación entre el ser humano, la naturaleza y el cosmos, de ahí que las estrellas o la luna sean recursos cotidianos en sus creaciones, como vemos en esta exposición. De esta forma, logra centrar nuestra atención sobre el pasado y el futuro, creando un nuevo significado para  la naturaleza y la humanidad, incitándonos a la deliberación y a la reflexión a través de las escenas chocantes que nos presenta.

En definitiva, esta exposición va a acercar al público obras de tres de las artistas más importantes de nuestros días. A través de distintos medios de expresión como el dibujo, la escultura, la obra gráfica, el collage o la fotografía, nos sumergiremos dentro de los nuevos espacios del pensamiento y de las nuevas dimensiones de la realidad de Bourgeois, Smith y Spero. De esta manera seremos testigos directos de nuevas formas de transmisión de ideas y de valores, inherentes a cualquier cultura humana a lo largo del espacio y el tiempo a través de las miradas de estas excepcionales artistas unidas por su visión femenina del arte. La exposición permanecerá abierta hasta el día 17 de abril.

VISITAS GUIADAS

Para esta exposición que se dirige a todos los públicos, se ha diseñado un material para escolares, asociaciones y colectivos que consiste en una propuesta de itineración por la exposición en la que se proponen diferentes recorridos y preguntas reflexión sobre lo visto. Los centros escolares y asociaciones que lo deseen pueden llamar al teléfono 902 500 493 para reservar día y hora para realizar la visita guiada gratuita que se ofrece.

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