VALLADOLID PRESENTA LA EXPOSICIÓN “FRIDA KAHLO. Fotografías de Leo Matiz en La Casa Azul” CON MEDIO CENTENAR DE FOTOGRAFIAS DE LA ENIGMÁTICA ARTISTA.

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VALLADOLID PRESENTA LA EXPOSICIÓN “FRIDA KAHLO. Fotografías de Leo Matiz en La Casa Azul” CON MEDIO CENTENAR DE FOTOGRAFIAS DE LA ENIGMÁTICA ARTISTA.

2016-06-10

La Sala Municipal de Exposiciones de la Iglesia de las Francesas, de Valladolid, presenta “Frida Kahlo. Fotografías de Leo Matiz en La Casa Azul”; exposición que recoge las míti­cas fotografías que el fotógrafo colombiano Leo Matiz realizó a Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón, popularmente conocida como Frida Kahlo (Coyoacán, 6 de julio de 1907- Coyoacán, 13 de julio de 1954), y casada en 1929 con el artista mexicano Diego Rivera.

La exposición muestra a una Frida en la intimidad de su hogar, siendo estos retratos de Leo Matiz de los más originales, precisamente, por su sencillez.

La exposición, comisariada por Angustias Freijo y Mario Martín Pareja, proviene de los fondos de la Fundación Leo Matiz, a la que se han sumado publicaciones de las vanguardias de la época, y algunas obras de autores que se interrelacionan y aportan claves de la escena mexicana de la época. De esta manera, y concebida como una gran instalación, la exposición muestra además de las magníficas fotografías de Leo Matiz, obras de otros autores como Germán Cueto, Mathías Goeritz…, o publicaciones estridentistas, documentos, bibliografía, proyecciones y textos.

Las fotografías incluidas en “Frida Kahlo. Fotografías de Leo Matiz en La Casa Azul” son también un acercamiento a uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX, el cual expuso en el MoMA en 1949.

Esta exposición examina, así mismo, la utilización vicaria del medio fotográfico por parte de Kahlo, el papel de esas imágenes en su trabajo creativo y, de manera medular, cómo Frida desafía tres principios básicos de la disciplina fotográfica a través de sus retratos: la noción de autoría fotográfica en su trabajo, el uso que hace la artista de la capacidad narrativa del medio y, por último, la relación de estas fotografías con ciertas prácticas autobiográficas (“Soy el motivo que mejor conozco”, afirmaría). O, en palabras de Margaret Hooks: “En algunas de las fotografías de esa época, su desbordante personalidad está escondida bajo una ajustada máscara, pero sus ojos buscan al espectador con una mirada que no ha perdido ni un ápice de su orgullo desafiante ni de su atractivo.”

También se incluyen en “Frida Kahlo. Fotografías de Leo Matiz en La Casa Azul” las sentimentales foto­grafías que Leo Matiz realizara a su regreso a México en 1997, después de 50 años de ausencia, de algunos de los rincones de esa “Casa Azul” convertida en museo. Matiz recuerda a aquella mujer controvertida que un día fue su amiga y que le ofreció las miradas más especiales. Él, las inmortalizó. Y soñando y recordando su pasado y el de ella, fotografió algunos de los objetos que la acompañaron a lo largo de su vida, como queriendo encontrar dentro de ellos algo de Frida, algo de aquella mujer que sufrió y amó sin tibiezas.

 

Cuando André Bretón conoció la obra de Frida Kahlo afirmó que era una surrealista espontánea y la invitó a exponer en Nueva York y París, ciudad esta última en la que no tuvo una gran acogida. Frida nunca se sintió cerca del surrealismo, y al final de sus días rechazó abiertamente que su creación artística fuera encuadrada en esa tendencia: “Se me tomaba por una surrealista. Eso no es correcto. Yo nunca he pintado sueños, lo que yo representaba era mi realidad”.

Kahlo fue retratada tanto o más que cualquier estrella de cine en México y sus fotos alimentaron su pro­tagonismo en su entorno. Durante su primer viaje a los Estados Unidos fue fotografiada por Lucienne Bloch, Imogene Cunningham, Peter Juley, Martin Munkacsi, Nickolas Muray, Carl van Vechten y Edward Weston. Y la lista siguió creciendo. En México posó para Tina Modotti, Lola Álvarez Bravo, Miguel Ángel Bravo, Miguel Covarrubias, Giselle Freund, Héctor García…, entre otros. También por André Breton y Dora Maar. Lola Álvarez Bravo afirmó que Kahlo era buscada por los fotógrafos debido a su atractivo estético. Estos famosos fotógrafos y, quizás, muchos más, realizaron series muy conocidas, como la que acoge esta exposición de FRIDA por Leo Matiz.

Desde muy joven, sin duda, junto a su padre, el fotógrafo Guillermo Kahlo, Frida aprendió a posar. Compla­cida, permitía que otros la retrataran.

Ella dominaba por completo el instante fotogénico; una modelo que se dirigía a sí misma y que imponía la manera en que debía ser retratada. Modelo intransigente que manipulaba el sentido final de la placa.

De los testimonios fotográficos que quedan de esa época, que son numerosísimos, quizás el más interesante es el que se conserva en el acervo del fotógrafo colombiano LEO MATIZ.

Leo Matiz se sumergió con su cámara Rolleiflex en el ambiente intelectual y artístico de la época y logró reg­istrar en sus retratos la intensidad creativa y personal de los hombres y mujeres que protagonizaron un papel decisivo en la historia cultural de México en los años cuarenta. Leo Matiz fue, al ser uno de los más allegados a la pareja Kahlo Rivera, uno de los que captaron a Frida en la intimidad de su hogar, siendo estos los retratos más originales, precisamente, por su sencillez.

 

 

Frida Kahlo

Magdalena del Carmen Frida Kahlo Calderón, más conocida como Frida Kahlo (Coyoacán, 6 de julio de 1907- Coyoacán, México, 13 de julio de 1954), fue una pintora y poetisa mexicana de ascendencia alemana y española. Casada con el célebre muralista mexicano Diego Rivera, su vida estuvo cruzada por el infortunio de una enfermedad infantil y por un grave accidente en su juventud que la mantuvo postrada en cama durante largos periodos, llegando a someterse hasta a 32 operaciones quirúrgicas. Llevó una vida poco convencional, fue bisexual y entre sus amantes se encontraba León Trotski. Su obra pictórica gira temáticamente en torno a su biografía y a su propio sufrimiento. Fue autora de unas 200 obras, principalmente autorretratos, en los que proyectó sus dificultades por sobrevivir. La obra de Kahlo está influenciada por su esposo el reconocido pintor Diego Rivera, con el que compartió su gusto por el arte popular mexicano de raíces indígenas, inspirando a otros pintores mexicanos del periodo post-revolucionario. En 1939 expuso sus pinturas en Francia acudiendo a una invitación de André Bretón, quien intentó convencerla de que eran «surrealistas», aunque Frida decía que esta tendencia no correspondía con su arte ya que ella no pintaba sueños sino su propia vida. Una de las obras de esta exposición (“Autorretrato”) se convirtió en el primer cuadro de un artista mexicano adquirido por el Museo del Louvre. Hasta entonces, Frida Kahlo había pintado solo privadamente y a ella misma le costó admitir que su obra pudiese tener un interés general. Aunque gozó de la admiración de destacados pintores e intelectuales de su época como Pablo Picasso, Wassily Kandinski, André Bretón o Marcel Duchamp, su obra alcanzó fama y verdadero reconocimiento internacional después de su muerte, a partir de la década de 1970.

 

Leo Matiz

Leo Matiz Espinoza (Aracataca, Colombia, 1 de abril de 1917 - Bogotá, Colombia, 24 de octubre de 1998) fue uno de los más destacados fotógrafos y caricaturistas colombianos con reconocimiento internacional. Fue uno de los fotógrafos más versátiles y singulares de la legendaria y memorable generación de reporteros gráficos que renovaron la escena del fotoperiodismo durante las primeras seis décadas del siglo XX en América Latina, Estados Unidos y Europa. Leo Matiz vivió y viajó. Vivió no sólo en su propio país, donde adoptó la fotografía y consolidó en Colombia una reputación de reportero gráfico alerta con las situaciones y en un cazador penetrante del azar y las almas de los personajes captados con su cámara Rolleiflex, sino también en México donde se relacionó con notables artistas, en Estados Unidos donde trabajó para algunos medios como “Life” y “Reader’s Digest” y en Venezuela como fotógrafo del Palacio de Miraflores.

Vital e incansable, Matiz viajó de manera infatigable por los cinco continentes (México, Centroamérica, Estados Unidos, los andes latinoamericanos, el Caribe, Palestina, Beirut, Tel Aviv y Venezuela, entre otras zonas) y volcó su talento igualmente como fotofija en el cine, la fotografía publicitaria, creador de periódicos y fundador de galerías de arte, exhibiendo por primera vez en 1951 al pintor Fernando Botero en la Galería de Arte Leo Matiz. La vida creativa y tumultuosa de Matiz obtuvo reconocimientos meritorios como Chevalier des Arts et des Lettres, en Francia, en 1995 y en 1997 el Filo d` Argento en Florencia, Italia. Entre sus obras se registran notables personajes y eventos como “El Bogotazo” (1948) durante el cual resultó herido. En 1949 fue elegido como uno de los diez mejores fotógrafos del mundo.

La Exposición, permanecerá abierta enla Sala Municipalde Exposiciones de San Benito, hasta el próximo día 28 de agosto.

 

 

 

 

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